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En el manual de instrucciones que viene con los hijos no dice que hay que aprender todo de nuevo para poderlo explicar en una versión para niños, ser mujer y tener  una hija mujer es darse duro contra el mundo tratando de entenderse para explicarle ¿qué es una mujer?.

Después de mucho darle vueltas a la cabeza (en estado de sobriedad)  me di cuenta que las definiciones de mujer que tenemos son realizadas por medio de su relación con el hombre, no sé ni porqué me sorprendí, así que empecé a tratar de encontrar lo que creo yo que es una mujer:

En el sentido bíblico la mujer fue hecha de la costilla del hombre, ahí empezamos mal, ¿porqué no una pierna, un ojo, la lengua o al menos medio cerebro?, no, tenía que ser una costilla, seguro que era una de las falsas, que sirven para poco y así el hombre pudiera quitársela sin sentir afectación alguna o solo por placer (o como dicen que lo hizo Marilyn Manson para poder practicarse sexo oral), pero lo bonito es que la mujer se hizo para que el hombre tuviera con qué entretenerse, ahí ya pasamos de mal a peor, por que sí Dios le hizo un mundo de animales, plantas y bellezas naturales y no fue capaz de encontrar con qué entretenerse pues hagamos un juguete más al niño. Apaguen sus antorchas amigos creyentes, y viajemos al nuevo testamento donde María por obra y gracia trae al niño a este mundo, pero ni por sospecha sale en la santísima trinidad (donde todos son hombres suponemos que la paloma es en realidad un palomo), así que  no, la definición bíblica  no es la definición que me gusta, aunque fue la que me vendieron por mucho tiempo. 
El tema no termina ahí porque en el sacramento del matrimonio llegan un fulano, una fulana y después de toda la ceremonia dicen: los declaro marido y mujer, porque claro, cuando inició la ceremonia era un chupacabras y el hombre (porque él sí era hombre desde antes de llegar a la iglesia) poniéndole un anillo la convirtió en mujer. 

Pasado ese oscuro capítulo decidí hacer la tarea como debe ser y recurrí a la RAE:


Después de leer esto tomé un buen rato para calmarme, básicamente porque no sabía a quién golpear, es que resulta muy lindo buscar mujer en un diccionario y leer muchas veces: Prostituta, ahí les queda de tarea buscar hombre porque yo lo busqué y la indignación creció de manera exponencial y seguí sin saber qué es una mujer.

Siguiendo la pista que deja la RAE me voy por el lado de femenino que aparece dos veces y en mi cabeza femenino se resume a vestido y tacones, así que algo debo estar haciendo mal:

Profesores de programación: cuando vayan a enseñar lo que significa recursividad digan a sus alumnos que vayan a la RAE a buscar lo que significa femenino

Sintiéndome decepcionada, indignada y confundida empecé a pensar teniendo como base mi paso por este planeta ¿qué es ser mujer?, no recuerdo cuándo empecé a verme a mi misma como una mujer, no creo que fuera después de menstruar por primera vez, tampoco lo tengo relacionado con el hecho de perder la virginidad o el sentir que uno se va de este mundo en medio de un orgasmo, creo que lo asocié más a un conjunto de responsabilidades adquiridas mientras avanzaba hacia la adultez, el irme a vivir sola, el pagar mis propias cuentas, el trasnochar igual que mi equipo de trabajo para sacar un proyecto adelante, todo eso en medio de pelear con mi convicción de no maquillarme porque prefiero dormir 15 minutos más cada día, no utilizar tacones porque son muy incómodos para estar sentada todo el día y más si quiero salir a caminar, creyendo en algunos momentos que ahí fallé como mujer

Después de pensar más y en un flashback de frustraciones empecé a recordar momentos en los que me sentí mujer: un día cuando iba para la universidad en patines y un tipo en moto me siguió por unas cuadras diciendo todo lo que haría con su lengua y su pene entre mis piernas y mi trasero, un día que salí con unas amigas y un fulano con el que bailé un par de canciones y me invitó un trago me insultó cuando al final de la noche no quise tener sexo con él, el día que un ex muchos meses después  me insultó porque yo ya empecé a salir con alguien (es que cómo se me ocurre violar la propiedad privada), cada vez que un tipo se las da de gracioso en la oficina diciendo que tenía que ser vieja para conducir tan mal, o el otro que hace el comentario inconforme porque su esposa ( que también trabaja) no le preparó almuerzo, cuando manifiesto mi disgusto o malestar por algo y el público masculino argumenta que estoy en mis días, cuando no quiero tener sexo con fulano pero él insiste y toca tratarlo mal solo porque no entendió la parte donde dije NO por primera vez, y así tengo otros muchos ejemplos, pero no quiero que se haga muy largo el post.

Pasado ese momento de tristeza me sentí muy mal por el hecho de que ser mujer sea una lucha constante por hacerse respetar, porque sí no quería que el tipo me hiciera un detalle de su fantasías sexuales con mi trasero no debí ponerme unos pantalones cortos, porque si no quería tener sexo no debí recibir el trago y bailar, porque se me ocurrió empezar a salir con alguien meses después de haber pasado por una relación desastrosa, por expresar mi descontento y que en lugar de una falla en el mundo todo sea por culpa de mis genitales descontentos, eso en resumen es ser mujer, porque todo empieza mal cuando buscar mujer en la RAE trae como resultado la palabra prostituta resaltada 3 veces

No, no quiero enseñarle a mi hija que eso es ser mujer, así que consulté a diferentes mujeres sobre lo que significa ser mujer, tampoco me sorprendió que algunas respuestas se dieran la siguiente manera:
  • una lucha.
  • desventaja.
  • tener que demostrar todo el tiempo que soy más que una cara bonita.
  • estar siempre muy bonita  y bien presentada.
  • sufrir.
Demonios y mil demonios más, el problema no solo soy yo, resulta que no solo nos autodefinimos a través de nuestra relación con un hombre, si no que en esta definición llevamos las de perder, lo que resulta realmente increíble si tenemos en cuenta que demográficamente las mujeres somos mayoría. así que somos más, y eso realmente no importa porque al parecer valemos menos.

(momento de pausa, reflexión e indignación). 

Puedo decir que las mujeres somos bendecidas y afortunadas, pero eso sería ir por el camino que la bendición porque fue escogida por un hombre y la fortuna porque fue fecundada, entonces, no, mejor no.

Tomando la definición facilista esta tiene cosas como: ternura, calidez, cariño, amabilidad, comprensión y termina en algo como: complemento de  ta ta ta ta: el hombre, porque el hombre no es nada de eso y nos toca solucionarlo a nosotras (*alerta de sarcasmo para que no se sientan ofendidos los hombres que sí lo son), y de paso no somos mujeres si no tenemos esos atributos y nunca llegaremos a ser bendecidas y afortunadas, así que ese tampoco es el camino.

Ahora bien, si tenemos en cuento que hoy en día el mundo no se acaba porque decida compartir el mundo, mi cama y sexo salvaje con otra mujer, ¿cómo me defino si no estoy relacionada con un hombre?, pues acá es cuando nos vamos al infierno, cuando lo que nos hace falta es coger con un tipo que nos haga saber lo que es bueno, lo que es ser mujer y claro, sobran muchos hombres que quieran hacernos el favor, y entonces no se sabe qué ofende más sí una mujer que decide compartir su vida con otra o una mujer que decide compartir su vida con nadie, porque parece inconcebible que a una mujer se le ocurra hacer su vida, disfrutarla, pasarla rico amar, sufrir, vivir en todo los sentidos sin la intervención de un hombre, aquí es donde empiezo a ver la luz y hasta me pongo existencial y romántica. 

En este momento me atrevo a decir que ser mujer es demostrar que podemos, maldita sea, nos toca demostrar que somos un pack completo de cosas, tenemos que demostrar que podemos soportar el maltrato en la oficina sin llorar, tenemos que demostrar que tener el período no es doloroso y sonreír así tengamos dolor de entrañas y todo lo que queremos es estar en casa envueltas en una cobija, que podemos hacer las cosas mejor (porque igual no tiene chiste) que un hombre, que los chistes machistas no nos afectan, que sí tenemos hijos y están enfermos podemos estar en la oficina sin que nos afecte, en resumen ser mujer es demostrar que podemos estar más que bien solas y ser felices, pero  eso no quiere decir que olvidemos prepararnos para compartir nuestra vida con alguien más.

Digamos que es una versión menos oscura de lo que quiero transmitirle a mi hija sobre lo que es ser mujer, por ahora y con toda la indignación que traigo le voy a decir algo como:

Ser mujer es saber lo que no quieres y evitarlo, saber lo que quieres y conseguirlo teniendo claro que los prejuicios de los demás son sus problemas y no el tuyo. 


PD: recuerden la tarea de buscar hombre en la RAE y comparar con lo que dice de mujer, para que en medio de la indignación compartamos un abrazo sororo. 
Abrió los ojos de golpe y de un golpe la luz obligó a que los cerrara de nuevo para abrirlos lentamente, 20 dedos, 2 brazos, dos piernas, dos orejas, sin sangre, un par de rasguños en las piernas, la espalda y el rastro de suaves mordiscos, ahí fue cuando cayó en cuenta de su desnudez, una mirada al rededor le dijo que ese sitio no lo conocía, esa no era su cama y algunas de las prendas que estaban regadas por el suelo eran suyas.
¡Otra vez! fue todo lo que pensó mientras se vestía con prisa, buscaba algo de dinero y trataba de recordar dónde estaba, cómo había llegado allí, cómo podía salir y las consecuencias de lo que no sabía que había sucedido.
La puerta se abrió y su plan de fuga se vio frustrado cuando una sonrisa amable se acercaba de forma seductora y llevaba su cuerpo contra una pared a la vez que le ofrecía algo de desayuno, sin tiempo para reaccionar se ayudó a desvestir y dejó sus pensamientos para después...

a: es la primera vez que te atrapo antes de escaparte.
b: (levantando sus cejas y con expresión confundida) ¿ha sucedido antes? me refiero a tú y yo, acá.
a: no de esta manera, con ropa, hablando y con una mesa de por medio
b: ¿muchas veces?
a: dejé de contar después de la sexta vez y eso fue hace más de un año.
b: llevó su cabeza a sus manos, la levantó y dijo de una manera sincera: lo siento, te diría que no soy así, pero al parecer hay muchos hechos que demuestran lo contrario.
a: ¿qué es lo que sientes exactamente: haberte escapado tantas veces o no alcanzar a escaparte esta vez?
b: ambas cosas,  supongo.
a: en tu defensa, si no me gustaras no estarías acá, mucho menos cuando sigo sin saber tu nombre.
b: ¿quieres saber mi nombre?
a: creo que es un buen punto de inicio.
b: está bien,  pero a cambio también quiero respuestas.
a: me parece justo.
b: ¿cómo, cuándo y porqué llegué acá?
a: el viernes en la noche estabas en la barra del bar, me viste entrar, sonreiste me invitaste algo de tomar,  el resto ya te lo puedes imaginar.
b: ¿siempre sucede así?
a: después de la primera vez, sí. ¿No recuerdas nada?, hieres mi ego, nunca ha parecido que te afecte el alcohol.
b: lo último que recuerdo es estar en casa, después de un largo día de trabajo con la intensión de darme un baño, comer algo que se calentara en el microondas y dormir, ese es mi plan para los fines de semana desde hace más de un año, cuando descubrí la razón de mis "lagunas mentales".
a: no entiendo lo que quieres decir.
b: hace algo más de un año empecé a despertarme en lugares desconocidos, o en mi apartamento sin recordar nada de lo ocurrido en las últimas horas o par de días, según la medicina físicamente no tengo nada, pero, mi complejidad va más allá de lo que la terapia puede resolver, se supone que un par de pastilla antes de dormir hacen el truco, por lo que me dices, creo que no.
a: ¿qué me quieres decir?
b: lo que hay en mi cabeza algunas veces se sale de control, no recuerdo lo que sucede en esos casos.
a: me siento mejor ahora que sé porqué no me recuerdas, y qué ahora me vas a recordar más allá de tu versión M. Hyde.
b: creo que debería irme.
a: creo que deberíamos estar haciendo algo para  que dejes de tomar tus pastillas y sepas dónde estás antes de decidir escaparte.
b: entonces empecemos por mi nombre antes de olvidarlo de nuevo.


Abrió los ojos de golpe y la luz obligó a que los cerrara de nuevo para abrirlos lentamente, 20 dedos, 2 brazos, dos piernas, dos orejas, sin sangre, un par de rasguños en las piernas, la espalda y el rastro de varios mordiscos, desnudez, una sonrisa y una mirada cómplice le hicieron recordar donde estaba y lo poco que le importaba dejar de tomar sus pastillas.