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Juan no quería llamarse Juan, en los malos días se sentía como una copia de los muchos Juanes que por ahí circulan, sin más gracia que la de ser Juan a secas, al menos no tenía que soportar que le llamaran Juanes, Juanca, Juanjo, era insoportable escuchar cómo eran llamados sus "tocayos" sin poder decir nada a cambio y ante lo cual terminaron acostumbrándose, muy a su pesar, pero, él no, él era Juan y en los días buenos no podía negar que le daba cierta satisfacción el sentirse un producto puro ante las variaciones dadas para acompañar el nombre.


Juan odiaba las clases de matemáticas desde el día en que "Juanito" tenía 8 manzanas y se comió 5, obviamente  también odias las manzanas.

Juan sale a trotar cada mañana, son 10 kilómetros que lo hacen sentirse mejor persona, en las que el mundo es todo suyo una zancada tras otra, de regreso a casa se sintió placenteramente cansado, tomó un poco de aire y cerró los ojos para abrirlos un par de días después.

Abrió los ojos y se encontraba en un lugar blanco, frío y desconocido, sentía su cuerpo adormecido y la garganta seca, a continuación una amable doctora entró en la habitación y dispuesta a contarle lo que había sucedido: un accidente cerebrovascular lo había seleccionado como víctima, así que necesitaba descanso y algunos exámenes para saber cómo se encontraba realmente, él escuchaba atentamente mientras entendía la mitad de lo que le decían, al terminar la doctora le preguntó si tenía alguna duda, ante lo que él con cara de susto se aventuró a decir: ¿cómo me llamo?  - no lo sabemos- contestó ella - pero, después de mirarlo un rato decidimos llamarlo Juan, creemos que tiene cara de Juan- ¿Juan?, me gusta, dijo él con una sonrisa y se volvió a dormir.

La parte que más disfruto de lo que hago es cuando me envuelvo en música y de mi cabeza empiezan a salir líneas de código que resuelven un problema o satisfacen una necesidad, una línea tras  otra como parte de un todo, es en su mayoría una labor solitaria, para poner drama sería uno solo contra el mundo con solo lo que hay en su cabeza y  una banda sonora digna de una película épica.

Escoger la música es un proceso de gustos (y muchos no tienen perdón de Cthulhu) parte del cual se ve en gran parte influenciado por nuestra historia, y este proceso creo que se ve influenciado por el cómo decidimos escucharla, hoy las opciones son tan o más ilimitadas que los géneros musicales, sin embargo, la misión es sencilla: crear una burbuja, un aislamiento del mundo y permitirte sonar el tuyo.


Durante mi niñez la banda sonora era lo que escucharan mi mamá y mi papa, aún recuerdo la vieja grabadora Sony que dio lo mejor sí al son de amor estéreo y los muchos cassettes de mi papá con lo mejor del Caballero Gaucho, Los Visconti, unas cuantas baladas y uno que otro de Gardel.

En la época del colegio ya no estaba la grabadora, en su remplazo llegó el equipo marca Samurai negro con doble cassettera, tocadiscos, am/fm, dos bafles (igualmente negros) y entonces todo cambió porque a mi mamá le parecía difícil usar ese aparato y yo pasé a tener el control, bajo las órdenes de mi mamá se escuchaba amor estéreo y la voz de Los Robles, emisora local de variado contenido,  cuando no estaba mi hermano en la casa se podía escuchar La Súper Estación, la Mega y otra cantidad de emisoras de Cali, esto gracias a el cable que él conectó de la antena del TV hasta equipo de sonido, eran épocas de Chayanne, Eros, Pimpinela, Miriam Hernández, Luis Miguel, Ana Gabriel, Arjona, Rocío Durcal y similares en la mañana y No Doubt, Metallica, Guns and Roses, Dj Bobo, Madonna, Alanis Morissette en la tarde y parte de la noche, en ese entonces la música que escuchaba uno era la música de todos, y sí alguien veía TV no se podía escuchar música, así que eramos mosqueteros: todos para uno y uno para todos, razón por la que el volumen nunca era alto, lo que era muy fuerte ya estaba en la línea de música satánica y era mejor evitarlo. 

No recuerdo cómo pude en su momento conseguir unos audífonos (creo que fue gracias a mi hermano) que conectaba al equipo de sonido, eso daba un poco de independencia ya que podía escuchar música sin impedir que vieran televisión.


Con lo que gané en mi primer trabajo temporal (gracias a la mamá de mi mejor amiga por eso) compré un walkman Sony y descubrí lo que era acostarse a mirar techo y escuchar música, lo que ahorraba ahora se lo disputaban el ir a jugar súper Nintendo y cassettes en blanco de 90 min.

En la universidad podía escuchar la música que los estudiantes amablemente dejaban en la carpeta mis documentos, y los audífonos a los que tiene acceso un estudiante no duraban mucho, por lo que tocaba ahorrar para audífonos, disquete y cds, agradezco que un  .mp3 no cabía en un disquete, no imagino lo gigante de mi colección de disquetes de haber sido así. 

Una de las primeras adquisiciones banales al empezar a trabajar fue un discman mp3 y más audífonos,  unos para la oficina, otros para cargar en el bolso, otros para la casa y los de repuesto, porque seguían sin durar. 

Cuando vivía en Cali me di cuenta que existía la tienda Sony de Unicentro y allá descubrí lo diferente que es escuchar música cuando se hace con audífonos de verdad,  así que ahorré y compré mis primeros Sony, digo los primeros porque debido al precio y cómo sonaban los que tuve hasta entonces estos estoy casi segura que en realidad eran clony. Aún recuerdo la primera vez que salí de la tienda Sony con un empaque y una bolsa demasiado grandes, una sonrisa de satisfacción y el sentirme mejor al leer en la bolsa: Tú mereces Sony, porque sí, yo merecía esos audífonos. Esos audífonos me duraron un par de años, desde ese momento decidí que lo pensaría muy bien antes de comprar unos audífonos, especialmente porque es algo que utilizo todo el día todos los días y hacen del mundo un lugar mejor. 

Ahora es más fácil escuchar música en cualquier parte del mundo, pero,  escuchar buena música es mucho mejor con un buen sistema de sonido, por ejemplo algunos computadores portátiles son unos monstruos en desempeño,  pero suenan como radio de vigilante y eso acaba el encanto de una buena canción, película o vídeo juego que se reproduzca, está bien eso se puede solucionar con unos audífonos,  de diadema? inalámbricos? que sirvan como manos libres para el pc? que sean pequeños para que ingresen bien en el oído?  mejor grande porque mi oído es grande...

En el camino de mejorar la experiencia auditiva el niñox ha sido muy alcahuete conmigo y me ha regalado cosas realmente geniales, así que como un recordatorio voy a hacer un recorrido de audífonos/ (los parlantes han sido pocos) que he utilizado,  me llené de nostalgia:



Dr bt21g demasiado lindos para ser verdad, una duración de batería decente, buen sonido, pero desde que se les dañaron las espumitas los uso solo para conectar al pc cuando estoy en la casa, el sonido chévere y lo práctico para hacer ejercicio le dan muchos puntos, pero el peso en las orejas después de un par de horas se empieza a sentir y no veo como opción que el día menos pensado se me despegue una oreja.


Bose IE2-con duración de 2 años, el sonido era lo mejor y sufrí mucho porque la versión de android de mi teléfono por aquél entonces no permitía el uso de los botones, pero una vez que cambié de celular todo cambió, lo mejor es que el ajuste en las orejas se logra por sus StayHear tips, es decir, unas orejitas en silicona que no generan la sensación de violación auricular, por su material tampoco maltratan y vienen en diferentes tallas, porque no todos somos monstruos de orejas grandes, algunos si llegamos al mundo con orejas lindas, pero tuvo el mismo fin de muchos audífonos, empezó a sonar un solo auricular y ya después la cobertura plástica del cable empezó a partirse hasta que no dio más, como plus, estos venían en un estuche, así que cuando uno se acostumbra a guardarlos en el estuche se da cuenta que sufre por audífonos enredados porque quiere, de estos han sido dos, el segundo llegó como reemplazo sufriendo después de dos años el mismo fin.




DRBTN200B Bueno sonido, duración de batería superior a 24 horas, después de un tiempo uno se acostumbra a la diadema, no es que yo sea cabezona, pero siento que después de utilizarlos tengo las orejas más pegadas al cráneo, de hecho me siento más aerodinámica, por ahora los tengo en uso restringido porque le pasa lo que le pasa a todos los audífonos de diadema: se le daña la espuma.





MEE audio Sport-Fi S6P - los compré para tener en caso de emergencia porque el mundo oficinístico sin música es como un infierno sin llamas, los utilicé para la oficina y de vez en cuando para algo de deporte, duraron poco, como bueno estaban los earbuds (cauchito para poner en el canal del oído que también vienen por tallas) de un material muy suave y cómodos, venían en un estuche muy chévere que hoy en día utilizo para las sd y usb, y un Armband ajustable de buena calidad que sigue siendo utilizada para salir de vez en cuando al intentar hacer algo de deporte y un cable extensor de 20 cms que también sobrevivió a los audífonos. 



Los sony AS800AP llegaron para darle un respiro a Bose, sí, se sintió la violación auricular aunque estos tienen  earbuds y StayHear tips cuyo uso es opcional ya que no es un solo cuerpo como los de Bose, así que si los cauchos violadores de oído quedaban ajustados no era necesario poner la orejita, el fin de estos sucedió un día cuando cerré mal el maletín y pasaron a ser de otro dueño, estos también tenían estuche (audífonos decentes deben tener estuche), y venían con una especie de llave cuya funcionalidad es enredar el cable del audífono para evitar que se enredara, espero que quien los encontrara les diera buen uso, teniendo en cuenta que uno se podía bañar con ellos



Soundsport que irónicamente siendo hechos para utilizarlos al practicar deporte no alcanzaron a completar el año), creo que fue por el cambio en el conector lo que los hizo morir antes (ya no es en forma de L sino recto) aparte de la poca duración y el cambio de estuche, seguía con una calidad de sonido propias de los Bose,








MDR-AS600BT: son los que tengo actualmente, me gusta que sean NFC y contribuya a disminuir el uso de batería, aun teniendo las gomas (en dos partes como el AS800AP) para ajustarse a las orejas son un poco grandes para gente de orejas pequeñas, pero se siguen ajustando bien a la hora de utilizarlos para hacer deporte, de manera increíble me he vuelto muy buena para botar cualquiera de los cuerpos de goma (interior del oído o el de la oreja)


La última adquisición ha sido algo para la casa, una barra de sonido LG SJ8, la cual vino a reemplazar el sonido 5.1 que tenía conmigo hace unos 15 años,  y que para instalarlo requería una buena cantidad de cables y paciencia. la SJ8 es casi todo lo que el futuro dice que debe ser el sonido: wifi, lan, bletooth fácil conexión con smartphones, tablets o pcs, subwofer inalámbrico, procesador automático de sonido, ocupa poco espacio, y es hasta bonita, la verdad una buena adquisición que mejora eso de ver lo que hay en una pantalla.


En remojo tengo unos parlantes Bose  que hace poco más de un año están en la caja esperando que los lleve al centro de servicio porque creo que se les dañó el adaptador de corriente y por eso no encienden, pero, que también han dado muy buenos momentos al mejorar el sonido de lo que se escucha en mi casa.

Para cerrar podría ser una persona profunda y decir lo que dijo Nietzsche sobre la música, pero prefiero ser como los mortales y parafreasear a Sophie Ellis Bextor: ♪♫ Music gets the best of me♫♪

¿para qué decirte que te extraño?, sé que lo notas en esos momentos fugaces que utilizamos para encontrarnos, sé que encontrarás lo que hace mucho deje de intentar esconder al mirarte.

Sé, a pesar de tus intentos por ocultarlo que te pierdes al sentirme cuando encuentro que tu cuerpo es siempre un lugar entretenido para recorrer.

Está demás decirte que un instante contigo son cientos de instantes sin ti, intentando recordarte en todas tus formas con precisión milimétrica.

Más allá de tus pretensiones de normalidad puedo sentir como tu cuerpo reacciona con un sencillo roce de mis manos.

Aún sin decirlo, sabes que te recuerdo leyendo ese poema solo por el hecho de gustarme para después iniciar largas conversaciones sobre el amor y el masoquismo que el desamor nutre, está demás decirte que aveces lo leo solo para recordarte o tal vez para desamarte un poco.

Está demás el último beso, ese con sabor a despedida y ganas de más que aun no ha sido el último.
Isabella sale a las 6:35 de su casa para el colegio, siempre sale tarde, eso no impide que cierre la puerta despacio y se acomode su cabello antes de iniciar su carrera contra el tiempo, porque todos los días Isabella dice que hoy sí llegará temprano, pero, eso hace mucho tiempo dejo de importarle, su despertador conspira contra ella y en lugar de cinco minutos más son 7.5 minutos más.

Isabella, Isa en su casa, Bella para sus amigos (manía que inició después de que alguien se sintiera muy cool al leer las primeras páginas de la saga Crepúsculo), descuenta esos 2.5 minutos en una carrera por los estrechos andenes del barrio, las motos mal parqueadas, los niños tomando de la mano a sus mamás (que le dicen que van tarde), las palomas en espera de víctimas, son algunos de los obstáculos que cada día sortea Isabella para poder llegar a tiempo al colegio.

Nadie conoce la causa de la prisa de Isabella, tampoco saben cómo hace para  una cuadra antes de llegar al colegio detenerse, organizar su cabello descompuesto después de la carrera, y entonces se transforma, su pasos rápidos dan lugar a un andar delicado, armonioso, casi levitante, su sonrisa se llena de vida y esos 2.5 minutos no parecen importarle porque sabe que llegó justo a tiempo.

Revisa su uniforme de nuevo antes de llegar a la portería, para encontrarse una vez más con que llegaba tarde, esto ya formaba parte de su rutina, se dirigió a la biblioteca, se sentó en el puesto que parecía ya pertenecerle, recibió un buenos días Isabella y por los siguientes instantes es Isabella por completo, esa misma que cada día se roba 2.5 minutos para dedicar 42.5 minutos a enamorarse perdidamente de su profesora de inglés. 



C.

Forever longing by Mrs-WhiteGuardo para mí las posibles reacciones si algún día te enteras de mis retorcidas pretensiones.
De mí no sabrás los muchos momentos en que he querido quitarte las palabras con un beso.
No sabrás tampoco que otras veces me quedo en silencio para no decirte lo que mueves en mí.
Mantendré solo para mí cada vez que accidentalmente te he tocado y siento mi piel estremecer.
Tampoco te diré que un par de veces he soñado contigo, que al fin te robo el tan anhelado beso y para mi sorpresa la intensidad del momento compartido es tan fuerte que logra despertarme.
Callo los malogrados intentos por estar de alguna manera en tu vida y poder conocerla de primera mano.
Te diré, sin embargo, que  siempre estaré aquí para ti, no en la espera, sí en el olvido al que me enviaste, con una nostalgia que no te imaginas, con la certeza que leerás esto y por un momento creerás para ti y luego sonreirás ante tal locura, pero de mi locura, esa que alguna vez has compartido no sabrás que algunas veces es por ti.