Un atardecer de esos en los que suelo ir sin prisa mientras caminaba por Ciudad del Río un niño de unos dos años empezó a caminar a mi lado, como dicen las buenas costumbres me saludó y le devolví el saludo, para, segundos después tener a alguien un poco mayor caminando a mi lado, con lo que me preocupé, me quité los audífonos y entablé una amable conversación con la dueña de unos hermosos ojos cafés que me dijo llamarse Martina, tomaba limonada natural y era lo suficientemente mayor para caminar con un vaso de cristal en las manos.
Como dicen las buenas costumbres le pregunté a Martina donde estaban sus padres y la acompañé hasta el lugar, después de un gracias y una nueva amiga seguí mi camino con una sonrisa, porque no todos los días se es asaltado por dos niños que solo quieren decir hola.
Con 8 años lo de leer antes de dormir LittleSaltamontes y yo seguimos sacando el rato, desafortunadamente no es a diario, pero, siempre más de un par de veces por semana.
Ya vamos en la parte de leer libros de más de 200 páginas y que alcanza un capítulo por noche.
Antes de iniciar el nuevo capítulo hacemos un resumen de lo que llevamos y empezamos, los últimos días no llego a la mitad de capítulo y LittleSaltamontes ya está en el mundo de Morfeo, lo que hace complicado avanzar, porque aveces no sé dónde se queda dormida y queda más fácil iniciar nuevamente el capítulo.
Antes de iniciar el nuevo capítulo hacemos un resumen de lo que llevamos y empezamos, los últimos días no llego a la mitad de capítulo y LittleSaltamontes ya está en el mundo de Morfeo, lo que hace complicado avanzar, porque aveces no sé dónde se queda dormida y queda más fácil iniciar nuevamente el capítulo.
Algún día terminaremos el libro y lo recordaremos por la cantidad de resúmenes que le hicimos.