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Tener hijos es lo más parecido a la inmortalidad, tendremos quien hable de nosotros al morir y que también habrá heredado muchos de nuestros rasgos (en la mayoría de los casos los que más detestamos de nosotros mismos y lo que los demás también detestan).

Tener un hijo es básicamente como tener una mascota, una por la que vas a estar pendiente por el resto de tu vida, una  a la que no le vas a pegar con un periódico por hacerse chichi donde no debe y que no dejarás durmiendo en el patio.

Tener un hijo tiene cosas buenas, en general todo en esta vida tiene un lado bueno y uno malo, yo me arriesgué a reproducirme teniendo en mente eso de encontrar el lado bueno.

  • Comprar juguetes muy geniales con la excusa de jugar con tu hijo.
  • Leer cuentos de hadas antes de dormir, hacer voces y gestos mientras lo haces y cambiar el final una y otra vez. 
  • Ejercitar tu memoria con las canciones infantiles que a lo mejor cantaste en tu niñez, darte cuenta que no sabías tantas, darte cuenta que son muchas y que hasta te sabes la coreografía. 
  • Practicar tu capacidad interpretativa: identificar sí el llanto es por chichi, popo, hambre o sueño, que cucao significa cuidado, sosiebra es culebra o fffrr es flor.
  • Puedes jugar con su cabello para que se duerma y como efecto secundario también te duermes en una buena compañía.
  • Hay quien sonríe siempre por tus besos así esté durmiendo cuando se los das. 
  • Te das cuenta lo mucho que haz hecho con tu vida al ver lo mucho que no eras cuando eras bebé. 
  • Hay alguien que siempre se ríe de tus chistes por malos que sean. 
  • Sabes lo que es un abrazo sincero sólo por llegar a casa. 
  • Ves películas infantiles miles de millones de veces y descubres detalles que no habías notado después de las primeras 100 veces. 
  • Puedes dibujar los mamarrachos más inmundos y para tú hijo siempre serán geniales. 
  • Aprendes de anatomía. 
  • Logras diferencias entre antibiótico y analgésico. (para quienes no lo sabían antes).
  • Cuando vas a un centro comercial (y tu hijo es lindo como lo era littlesaltamontes) tienes el gancho para cualquier conversación.
  • Cuando estás con tu hijo por lo general te ofrecen puesto en el bus, el metro, mejor puesto en la fila del banco o sitio de atención al cliente. 
  • mejoras tu estado físico al jugar con tu hijo. 
  • le puedes hacer a tu hijo todas las maldades que quieras ya que ninguna mamá vendrá a defenderlo porque tú eres la mamá. 
  • Tienes a quien poner a buscar el control del tv, quien te lleve los platos sucios a la cocina, quien abra la puerta, quien te traiga los zapatos, quien pruebe tus recetas culinarias y así. 
  •  Para alguien eres la persona más rápida, fuerte, inteligente y genial del mundo, al menos por algunos años. 
  • Inventas los juegos con las reglas más extrañas del mundo para que tu hijo gane de vez en cuando. 
  • Juegas los juegos más extraños que se inventa tu hijo y en el que siempre ganan todos.
  • Enseñas recetas súper científicas para preparsr gelatina.
  • puedes inventar castigos como: sentarse en el sofá por horas a ver el tv apagado, correr en círculos hasta casi vomitar, comerte las salchipapas de tu hijo porque el tendido de su cama quedó 30 milímetros corrido a la izquierda.
  • aprendes de todos los temas del mundo buscando en libros e internet respuestas para tu hijo (aplica para padres comprometidos con abolir el 'porque no' y el 'no se).
Si, son muchas cosas buenas cuando se aprende a disfrutar de tener un hijo, cuando te das la oportunidad de volver a ser niño por instantes (porque es muy fácil querer ser niño para siempre cuando encuentras alguien que te sostiene la mano y juntos crean su propio mundo), cuando encuentras quien sonría para ti y se cura de todos los dolores con un beso tuyo.