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Es común que hoy en días las mujeres (y algunos hombres) culpen de sus males a los cuentos de hadas, ya que allí vieron que existían las princesas serviles y sumisas, los matrimonios fáciles, las brujas terminaban en un caldero, habían muchos reinos con príncipes azules dispuestos a matar dragones y al final siempre estaba el final feliz.
Podría asegurar que usted de niño a pesar de sus traumas cantó cosas como: el puente está quebrado, Sammy el heladero, la iguana tomaba café, salió la e... Yo canté algunas de esas canciones y ahora que juego a la mamá me sé más rondas infantiles que cuando era niña, y ahora con eso de crecer, madurar y demás presto atención a la letra de estas canciones y no puedo más que asombrarme de toda la maldad, incoherencia y traumas que encierran, así que vamos a mostrar algunos ejemplos:

Sammy el Heladero:
Sammy el heladero es un pingüino feliz y gordito:: ojo para ser feliz hay que ser gordito, pero cuando llega a la adolescencia se da cuenta que no es así, y damos la bienvenida a un posible desorden alimenticio.

Sammy el heladero quiso volver a su patria de hielo  los animales salvajes del Africa lo tomaron  prisionero, Señoras y señores, no sé ustedes pero acá estamos hablando nada más y nada menos que de secuestro

Pero esta historia termina bien por fin lo soltaron porque se cansaron de oírles sus gritos.


El puente está quebrado
El puente está quebrado, ¿con qué lo curaremos? con cáscaras de huevo burritos al potrero. Si un puente se puede curar con cáscara de huevo, pues porqué no ponerle dinamita y volarlo?

Arroz con leche
Con esta sí, con esta no, con esta señorita me caso yo, ahora queda claro porque uno quiere picar aquí y allí antes de casarse.

En el bosque de la china
Anduvo un rato y se sentó, junto a la china, junto a la china me senté yo, así es como se crea un acosador.

Y yo a que sí, y ella a que no,y yo a que sí, y ella a que no, a partir de este momento alguien empieza a creer que llevarle la contraria al sexo opuesto es romántico.



Los pollitos
La gallina busca el maíz y el trigo, les da la comida y les presta abrigo .... Cuando se levantan  dicen, "mamacita tengo mucha hambre dame lombricita", entonces la pobre gallina perdió la buscada del maíz y el trigo porque estas bellezas quieren es lombrices, así es como uno desde chinche aprende a pedir lo que no tiene.

Mambrú se fue a la guerra
Mambrú se fue a la guerra, ¡qué dolor, qué dolor, qué pena! Mambrú se fue a la guerra, no sé cuando vendrá,  do, re, mi,  do re fa, no sé cuando vendrá... y aquí fue cuando muchos niños crecieron, aramaron un ejercito, se internaron en el monte y nunca volvieron.

Trencito cañero
Trencito cañero que rueda por la calle trencito de mi valle que lindo eres tú.... una cosa es que los niños sean inocentes y tengan mucha imaginación, pero otra es pretender que un tren circule por una calle e ignoremos la existencia de la carrilera, además no sé en que partes del mundo aún existan trenes cañeros, pero durante toda mi vida lo que he visto transitar por las calles de mi Valle del Cauca son los Carros Cañeros, pero la canción también cuenta que un ratón va de polizón y termina comiéndose toda la caña, así que no se extrañe de los colombianos que terminan metidos en un contenedor de azúcar llegando al otro lado del charco..

Así que siéntase libre y disfrute sus traumas, porque si se atreve a mirar con ojos de adultos su traumada infancia, se dará cuenta que usted pudo resultar peor.

Un día más había terminado, esta vez tomó el tiempo de pasar al baño para darse un retoque y luego hacer la fila para esperar el bus, sintonizó su emisora favorita y se acomodó los audífonos para evitar que los extraños le hablaran y le interrumpieran la tranquilidad de su mundo.

Daba gracias de que su ruta no estuviera tan congestionada y algunas veces contaba con la buena fortuna de poder escoger un puesto, así que con una rápida mirada recorrió el bus, detuvo su mirada en la silla de la esquina derecha (la que más salta, eso le gustaba, tal vez porque le recordaba esos paseos a caballo que hacía en su niñez), estaba ocupada y quien estaba allí sostenía tenía la mirada fija hacia ella, se sintió intimidada, se sintió insegura y rápidamente se sentó en la primera silla que encontró.
Le restó importancia al asunto pero al momento de bajar el bus le fue imposible no buscar de nuevo esa mirada, ya no estaba, se sintió bien y siguió su camino.
La situación se repitió por varias semanas y se había convertido en un juego de miradas electrizantes, un reto que siempre terminaba con una sonrisa. Las mañanas habían cambiado y tomaba más tiempo en seleccionar que ropa utilizar, se decía a si misma que era parte de la preparación para la guerra y todos los días antes de salir de su oficina se miraba al espejo prestando más atención a los detalles, en especial a sus labios, los cuales vestía de carmín y así resaltar su sonrisa en caso de perder. Encontró entonces que perder así era divertido, subía rápidamente al bus, respiraba profundo, buscaba esa mirada que la hacía sentirse insegura pero a la vez viva, que antes la sonrojaba pero que ahora la alentaba y por eso cada día para buscaba una silla más cercana a la esquina derecha y sentarse en ella, no sin antes hacer valer sus labios carmín.
Todos los días intentaba llenarse de valor y llegar hasta la última fila del bus, quería ver de cerca esa sonrisa, sonrisa que desde hace un tiempo había también se vestía de carmín y que esperaba oliera a menta, así como lo hacía la suya. Lo más lejos que había llegado uno de sus intentos la llevo a la esquina izquierda, a pesar de no haber nadie más en la última silla su timidez no le permitió acercarse un poco más, pero  desde allí podía ver más de lo que necesitaba, y se atrevió a pensar que el dulce olor que percibía provenía de su cuerpo, sin embargo su timidez no impedía que la devorara la mirada mientras trataba de disminuir su deseo con una sonrisa.  

Un nuevo día comenzaba y la osadía del día anterior la animaba a crear una oportunidad de decir un hola, que estaba segura la llevaría más lejos.
En la mañana sonó su teléfono, quería confirmar sus datos, había ganado un automóvil, solo necesitaba acercarse a las oficinas del supermercado, diligenciar unos documentos y llevarse su regalo.

Ese día salió más temprano de su oficina, tomó un taxi y desde entonces en la ciudad dos sonrisas dejaron de vestirse de carmín.

Cambias la rutina y decides dedicarle una hora al menos 4 veces por semana a la elíptica, te das cuenta que tu calificación ahora es muy mala, y que si vas al parque explora de seguro ese armadillo te puede comer sin mayor esfuerzo.

La leyenda urbana dice que el ejercicio y una dieta balanceada te ayudan a mantener en tu peso ideal, pero te das cuenta que debes hacerlo mejor para sobrevivir a una invasión zombie (Zombieland: Rule 1: Cardio: This one comes up in Zombieland and clearly makes alot of sense. How many fat people do you see at the end of the world when its zombies doing the ending?), entonces después de hacer algo de ejercicio te das un baño, quedas como nueva hueles delicioso y pasa algo que no pasaba desde hace mucho tiempo: Ataca el hambre, así que como demonios vas a bajar de peso si en la noche después de hacer ejercicio te da hambre y después de comer te da sueño?.
Ahora que tengo 30 años me convertí en un pozo infinito de sabiduría que quiero compartir con la humanidad -eso lo leerían si yo fuera Walter Riso o Deepak Chopra, así que solo voy a listar algunas cosas que hacen de mi una treintañera feliz.
Como leí una vez por ahí los 30 son como los 15 pero con plata propia, así que recomiendo a mis amigas que aún no han cumplido 30 que guarden plata para ese día para que el peor de los casos y en vista de nada mejor se compre un buen licor y brinde por sobrevivir estos primeros 30 años, recordando que no está vieja sino experimentada.
Hace un par de semanas cumplí 30 años, ¡es horrible, no se lo deseo a nadie, mi vida ya no tiene sentido! - Es lo que hubieran escuchado si no se tratara de mi, así que este post podría extenderse en la injusticia de la sociedad con las mujeres mayores de treinta años o mejor en las mujeres que a pesar de sus treinta años no se valoran, pero no, de eso ya se ha escrito mucho y la conclusión es fácil, tómese sus treinta años como le de la gana, porque eso voy a hacer yo a continuación.

Puedo empezar por decir ser una mujer sin manual ha hecho que mi edad sea siempre la real, y lo que más contribuye a eso es que sigo sin arrepentirme de lo que he hecho o dejado de hacer en estos treinta años, sin leer libros de superación personal entendí que siempre se aprende algo, así sea no volverlo a hacer, así que voy a recopilar cosas que tengo presentes y me hacen sentir bien con mi edad.

Nunca pensé llegar a cumplir treinta años, tener una adolescencia en la que aclaran que esperan poco o nada de uno es deliciosamente liberador, cuando nadie te dice que debes estudiar una carrera, conseguir un trabajo, cubrir tus gastos, encontrar alguien y formar un  hogar (y además siempre esperan que te metas con un tipo que te deje en embarazo, se largue y termines siendo una vendedora mas de los tantos de almacenes de ropa del pueblo), así que nunca pensé en esas cosas. En algún momento de la adolescencia pensé en estudiar medicina, ganar mucho dinero y terminar siendo la mejor neurocirujana del mundo, adoptar un par de niños, tener una piscina en la que pudiera entrenar un par de delfines y en las vacaciones de mitad de año recorrer el mundo en un pequeño yate, pero eso se me pasó rápido, porque igual iba a terminar vendiendo ropa en un almacén, así que sin carrera y sin esperanzas de encontrar el amor era probable que terminara en malos pasos y no llegar a los 30.

Cuando esperas no llegar a los 30, tampoco esperas ser una princesa y llegar a encontrar un príncipe azul, tener un hermano hombre ayuda a darse cuenta que definitivamente los hombres son para quererlos así como son (malhechos, llenos de imperfecciones y buenas intenciones... y como todos sabemos de eso está lleno el infierno), así que poco o nada creí de mis novios de adolescencia, cuando me decían que me querían y todo eso yo solo veía un: quiero acostarme contigo y si quedas en embarazo me echo a perder, así que el yo también te quiero era una respuesta automática con el mensaje interno de tan lindo pero no te lo voy a dar (algunos días pienso que debí ser bien zunga y haber dicho si a todas esas propuestas indecentes).

Así que cuando eres una adolescente que no va a ser nadie pero tus papás te dijeron toda la vida lo único que te van a dar y que nadie te va a quitar es la educación, terminas graduándote como Tecnóloga en Sistemas de Información de la Universidad del Valle y es en la universidad donde uno aprende muchas cosas, no de la carrera que estudia pero si de la vida, fue un cambio el dejar de estudiar con mujeres ya que ahora no sabes si el tipo con el que haces el trabajo tiene ganas de estudiar o solo quiere sexo, por fortuna yo si entendía lo que estaba estudiando (aunque no sabía para que demonios servía), así que me evitaba preguntar y por un par de semestres hice mis trabajos sola.

En la universidad aprendí la ventaja de ser fea y además un poquito inteligente, los tipos que se te acercan sospechan que sabes algo de sus oscuras intenciones así que prefieren ser tus amigos y si hay sexo bien pero no se van a centrar solo en eso y terminas por compartir conocimientos con ellos (y de paso aprendes algo de la vida), las niñas que solo son lindas te miran como bicho raro y recurren a ti solo cuando necesitan algo que nadie más les ha podido dar, las niñas que además lindas son inteligentes no tienen problemas en invitarte a salir por ahí y hacerse pasar por tu "amiga" o llevarte en la buena y utilizarte de vez en cuando para sacarte información, las niñas que sin importar si son lindas o no son inteligentes y además valientes te invitan a trabajar con ellas.
Entonces me dí cuenta que estudiaba con tipos que creían que de verdad era inteligente y sabían que no habría sexo, mujeres inteligentes y lindas que atraían niños lindos que por lo general se sentían intimidados pero que podías utilizar para múltiples propósitos.

Si, la universidad de la que me gradué hace 10 años fue una gran experiencia que consiguió que hoy pueda ser una treintañera feliz, conocí personas realmente valiosas que han estado presente durante esta década en la que pase de ser la esperanza de nada a una Mujer de Verdad, me gusta saber que si no tengo más es porque realmente no he querido.
Puedo arriesgarme a decir que no hacer castillos de arena durante la adolescencia es lo que hace que hoy sienta que tengo todo lo que una persona puede soñar en la vida (claro que siendo realistas con eso de la mansión y los millones de dolares en unos bancos de Islas Caimán), eso si, no espero dar cátedra del tema ni me siento la Doctora corazón o Miss Superación, es solo que creo que algo he hecho bien y he aprendido muchas cosas que vale la pena compartir, pero por ahora este post se queda así porque toca trabajar.